Segundo tema de ética
2. EL HOMBRE COMO: 2.1. Acción
Concebir al hombre como un ser activo ha sido uno de los temas en
los que algunos filósofos de todos los tiempos han coincidido, desde
Platón y Aristóteles, pasando por Spinoza, Leibniz, Marx, y, en nuestros
días, Fernando Savater. Por lo que no puede haber mejor comienzo para
quien pretende acercarse al estudio de la ética, que tomar como punto
de partida a la acción, concretamente a la acción humana.

Para él: “conocer es actuar”. Quería decir
que esta acción sobre las cosas que es el conocimiento, constituye el instrumento
simbólico mediante el cual, al relacionarse cognoscitivamente
con ellas, el hombre las hace inteligibles.
Por su parte, “Aristóteles distinguió dos clases de actividad humana:
la praxis, intransitiva, que consiste en el puro ejercicio del
sujeto, y la poiesis, transitiva, que consiste en hacer algo y
dejar como remanente un producto”.78 Se trata de la distinción
entre las actividades desinteresadas y las que tienen
por objeto precisamente las objetivaciones, es decir, la
obtención de un producto como obra final.
En el caso de filósofos como Spinoza y Leibniz, lo
que éstos denominan sustanáa, no es más que un “punto
de fuerza”, es decir, una perpetua vocación transformadora
de las cosas.
Continuando con esta tradición del pensamiento
filosófico, en el siglo XIX serán Karl Marx y Federico Engels,
quienes van a sostener que no es la conciencia lo que
mejor define al hombre, como se había sostenido desde
Aristóteles, sino el trabajo, esto es, la praxis transformadora
de la naturaleza y de la vida social.
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